Dos palabras definen el momento que vive Gipuzkoa en la actualidad: colaboración y futuro. En los últimos cinco años hemos dado un salto de enorme calado en ambos.
El contexto ha cambiado radicalmente desde que, hace un lustro, compartí mis reflexiones en este mismo foro. Les decía entonces que Gipuzkoa, tras varios años de parálisis, había retomado los proyectos estratégicos que tenía pendiente materializar para su modernización definitiva.
Desde entonces, tras culminar dichos proyectos, Gipuzkoa está trabajando intensamente para anticiparse al futuro, para afrontar desde la colaboración su porvenir económico y social. Desplegando una ambiciosa agenda de futuro para que, dentro de diez años, sigamos siendo un territorio aún más social, verde y competitivo. Un territorio que siga transformándose y desarrollando una economía cada vez más fuerte, innovadora, así como una sociedad cohesionada que ponga coto a las desigualdades sociales.
No quiero engañarles. Estos últimos dos años están siendo muy duros. La triple crisis –sanitaria, económica y social– que nos ha tocado vivir también influyen en la labor de la Diputación, así como en el conjunto de tejido social y económico de Gipuzkoa.
Ante esta tesitura, estamos haciendo todo lo posible por proteger a las personas más vulnerables en colaboración con el resto de instituciones vascas. Además, hemos redoblado esfuerzos para contribuir a la reactivación económica, apoyando sobre todo a los sectores más afectados por la pandemia.
Sin embargo, atender a las necesidades del momento no ha impedido que sigamos apostando por el futuro. Hemos mantenido el pie sobre el acelerador, para que los proyectos estratégicos y transformadores de futuro sigan materializándose. Los resultados ya son una realidad, pero seguimos en ello. Con total ambición, determinación e ilusión.
No voy a extenderme en el análisis de la situación pandémica. Sin embargo, sí quiero poner en valor la capacidad de superación que Gipuzkoa, al igual que el conjunto del país, ha demostrado en estos último dos años. Bajo el liderazgo del lehendakari, hemos respondido y estamos respondiendo a la crisis de forma colaborativa, basando nuestra acción institucional en los criterios marcados por expertos científicos y técnicos. Porque un responsable político no puede ni debe basar sus decisiones en lecturas electorales en el corto plazo, tal y como hemos visto en otras latitudes. En Euskadi, a pesar de todas las dificultades, hemos actuado en el sentido contrario, primando la salud de las personas, en especial a las más vulnerables.
El primer elemento y el más importante que me gustaría destacar es el modelo de políticas sociales de Gipuzkoa. Un preciado tesoro que hay que cuidar y que nos singulariza. Nuestro sistema de protección, basado en la colaboración entre instituciones y agentes sociales, es un ejemplo a nivel mundial.
• Por un lado, por la importante inversión que realizamos las instituciones. En 2022, el gasto social medio por cada guipuzcoano y guipuzcoana contemplado en los presupuestos forales asciende a 642 euros, una cifra récord en la historia de la Diputación de Gipuzkoa.
• Por otro lado, porque contamos con un sólido tercer sector social que tracciona y que innova para responder con agilidad a las crecientes y cambiantes necesidades sociales.
El modelo de políticas sociales de Gipuzkoa ha respondido con eficacia y capacidad de reacción a esta dura situación de emergencia, siempre en colaboración con Osakidetza y el resto de instituciones vascas.
Asimismo, estamos extrayendo lecciones que nos ayudarán a fortalecer las políticas públicas en este ámbito. Por citar un ejemplo, estamos dando pasos cualitativos en torno a los cuidados a largo plazo, en colaboración con el ámbito sanitario, social y comunitario. Una transformación que tiene tres pilares: impulso al cuidado en casa, la participación de la comunidad en los cuidados y el despliegue de unidades convivencias más pequeñas en las residencias.
No tengo duda de que, profundizando en el modelo propio que antes citaba, basado en la colaboración entre las instituciones y las entidades sociales, los servicios sociales del territorio saldrán reforzados y seguirán siento referentes también en el futuro.
3.2. Ámbito económico
Gipuzkoa es un territorio industrial, competitivo, que apuesta claramente por la innovación y por el talento de las personas. No es casualidad que nuestro tejido económico se base fundamentalmente en pymes, muy arraigadas en el territorio, o que se nos conozca en todo el mundo por ser la cuna del cooperativismo. Las personas, su participación y su capacidad de colaboración son las señas de identidad de un modelo de empresa que tiene en las cooperativas su máximo exponente. Algo de lo que nos sentimos especialmente orgullosos y que, en un contexto pandémico, también nos está permitiendo superar los efectos más duros de la crisis.
En abril aprobamos el Plan Ekonomia Indartuz, para apoyar a las personas y sectores más afectados por la crisis, especialmente a las pymes y autónomos, e impulsar la actividad económica. El plan ha desplegado 95 millones de euros en subvenciones, medidas fiscales e inversiones.
Vamos avanzando. Los datos positivos de los últimos meses nos dejan indicios esperanzadores.
Las empresas guipuzcoanas vendieron un 18,2% más hasta noviembre de 2021, es decir, en los once primeros meses del ejercicio y respecto al mismo periodo de 2020. De mantenerse la tendencia en diciembre, habremos cerrado un 2021 muy bueno, recuperando todo lo perdido en 2020, cuando las ventas cayeron un 10,1%.
Respecto a las cifras de recaudación, Gipuzkoa cerró 2021 con 5.340 millones de euros recabados, lo que supone un incremento del 15,2% en relación al año anterior, y un 6,3% respecto a 2019, año previo a la aparición de la COVID-19. Por lo tanto, no solo hemos cumplido con nuestro objetivo de recaudación, sino que lo hemos mejorado en 691 millones de euros.
La evolución del mercado de trabajo es también positiva. Gipuzkoa creó el año pasado 3.200 empleos y bajó la tasa de desempleo al 7,9%, según las últimas cifras del Eustat. Debemos seguir trabajando para consolidar esta tendencia.
En este período también hemos tenido noticias muy significativas. La apertura por parte de la empresa Viralgen de un centro en Donostia a finales de junio merece una mención especial. La compañía BAYER invertirá 120 millones en esta nueva planta ubicada en el Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa. Con esta inversión, junto con el fuerte impulso de la empresa local VIVEbiotech, el parque industrial de Miramon se ha convertido en uno de los principales espacios europeos en terapias génicas, un campo con enorme potencial de desarrollo de futuro.
Asimismo, Gipuzkoa está dando pasos firmes en el desarrollo de un ecosistema de inversión que promueva nuevos proyectos empresariales, que acompañe a las empresas en su desarrollo. Este ámbito vive una importante eclosión en nuestro territorio, basado en el capital inteligente, cuya contribución puede jugar un papel multiplicador en nuestro tejido económico y empresarial.
Para ello, tanto desde el punto de vista del presupuesto propio como desde el punto de vista fiscal se han desarrollado diferentes iniciativas y medidas para acompañar al desarrollo de este ecosistema emprendedor e innovador.
En este sentido, cabe mencionar que en el ejercicio 2021 se crearon 49 nuevas empresas innovadoras de la mano de BIC Gipuzkoa y que las empresas apoyadas por esta incubadora captaron 62 millones en diferentes rondas de financiación, lo que sitúa a Gipuzkoa a la vanguardia europea en este ámbito respecto a nuestro PIB.
Otro de los elementos que nos preocupa y nos ocupa es la cultura de la visión industrial y de largo plazo del tejido económico gipuzcoano, para el cual, hemos desplegado diferentes medidas tanto en el ámbito presupuestario como en el fiscal. De esa manera, hemos incentivado la capitalización y la reinversión de los beneficios de las empresas.
Como consecuencia de lo anterior, observamos con satisfacción el incremento de la solvencia de las empresas guipuzcoanas, favoreciendo su competitividad.
Como comentario final a esta radiografía, quiero compartir una reflexión. Una economía fuerte y una sociedad cohesionada son dos caras de la misma moneda. No podemos aspirar a mantener nuestros niveles de bienestar social sin contar con una economía competitiva, basada en una industria avanzada. Y, a su vez, los valores asociados al bienestar social, tales como la educación, la igualdad de hombres y mujeres, y la cohesión social son valores necesarios para el desarrollo de una economía fuerte y competitiva.
Para el futuro de Gipuzkoa, el desarrollo de ese binomio resulta vital, al igual que para el conjunto del país.
4. LECTURA POLÍTICA DE LA ACTUALIDAD
A continuación, haré una lectura política del momento que estamos viviendo en torno a dos retos clave: la necesidad de promover la gobernanza colaborativa y la importancia del sistema institucional vasco.
El primer reto importante que quiero citar es el de reforzar los valores de nuestro sistema de autogobierno. Como consecuencia de la pandemia, los desafíos sociales han adquirido mayor protagonismo si cabe, tanto en el debate político como en la ciudadanía. Envejecimiento social, igualdad, reto demográfico, migraciones, lucha contra el cambio climático… La Diputación de Gipuzkoa, como no puede ser de otra manera, está abordando con total determinación estas realidades.
Esta agenda social debe venir acompañada de una agenda nacional. Estos desafíos exigen articular una respuesta como Pueblo. Porque ambas perspectivas, la social y la nacional, van unidas. Si queremos encontrar respuestas avanzadas y eficaces a todos estos desafíos, debemos avanzar como país. Por eso es crucial defender y poner en valor nuestro sistema institucional.
Con la aprobación del Estatuto de Autonomía de Gernika, se actualizaron los derechos históricos de nuestro Pueblo, lo que ha supuesto un alto nivel de autogobierno y calidad de vida para la sociedad vasca. Hemos tenido que hacer frente a muchos obstáculos, sorteando a quienes se han dedicado a socavar nuestra capacidad a través de estrategias centralizadoras y a quienes menosprecian el Estatuto de Gernika.
Ante unas y otras posiciones, desde aquí quiero mostrar mi apoyo total al Gobierno Vasco en su firme exigencia de que se materialicen las transferencias pendientes.
Debemos seguir defendiendo sin descanso la legitimidad del autogobierno vasco, buscando los acuerdos necesarios, pero sin renunciar al derecho de la sociedad vasca a decidir su propio futuro.
El segundo reto es el impulso a la gobernanza colaborativa. Como he dicho antes, las instituciones públicas y los actores políticos no pasan por sus mejores momentos de legitimidad. Algunos autores incluso hablan de fatiga democrática, una especie de creciente alejamiento de los valores y de las instituciones democráticas. Una tendencia que la pandemia no ha hecho sino acrecentar. En su último libro, El crepúsculo de la democracia, Anne Applebaum nos advierte de que el mundo democrático está “envejecido, frío y cansado”.
Esta situación nos debe llevar a innovar y experimentar el impulso de las políticas públicas con nuevos modelos. El espacio público no puede ser gestionado exclusivamente por las administraciones, debemos establecer sistemas de colaboración con la sociedad organizada y con la ciudadanía. Lo diré de otro modo: empoderar a la ciudadanía y ampliar los espacios de debate y decisión es imprescindible para asegurar el futuro de la democracia.
Gipuzkoa cuenta con una trayectoria reconocida a nivel internacional en esta tarea, de la mano de una sociedad civil comprometida y dinámica. Lo hemos comprobado en el reciente Congreso Internacional Etorkizuna Eraikiz celebrado en Donostia. Expertos internacionales han analizado y valorado de manera sobresaliente el programa Etorkizuna Eraikiz. En el exterior se nos reconoce como territorio de colaboración, territorio de futuro.
Fue en 2016 cuando la Diputación puso en marcha Etorkizuna Eraikiz, el programa orientado a generar una nueva agenda política para Gipuzkoa y, además, desarrollar un modelo propio de gobernanza colaborativa. Desde entonces, hemos conseguido incorporar a los agentes más importantes del territorio para impulsar iniciativas transformadoras.
OBJETIVO A FUTURO
Cuando han pasado cinco años desde que pusimos los cimientos de Etorkizuna Eraikiz, podemos afirmar que se trata de una realidad de enorme vitalidad. No tiene vuelta atrás, está transformando la propia Diputación y la relación entre la sociedad guipuzcoana y la institución foral.
Muestra de dicha vitalidad, en un lustro, hemos impulsado conjuntamente:
• 125 proyectos ciudadanos con la participación de más de 200 agentes;
• 32 proyectos experimentales en el ámbito de los cuidados, en materia de conciliación corresposable, igualdad y digitalización, entre otros;
• y nueve proyectos estratégicos, desarrollados mediante un modelo innovador de gobernanza colaborativa, para afrontar los grandes retos de nuestra sociedad, como son el envejecimiento saludable, la ciberseguridad, la nueva movilidad, el cambio climático, la inclusión de las personas más vulnerables o el porvenir de nuestro idioma.
Instituciones, universidades, asociaciones del tercer sector social, empresas y agentes sociales y económicos hemos sido capaces de acordar y de desarrollar una agenda común en torno a los grandes problemas y desafíos de nuestro territorio. Casi 30.000 personas han participado en estas dinámicas y, entre todos y todas, hemos dado forma a un modelo propio de co-creación de políticas públicas. Un modelo basado en la experimentación activa y la voluntad firme de construir una economía competitiva y un territorio con el menor índice de desigualdades sociales de Europa.
Si me permiten, me gustaría destacar algunos de los proyectos estratégicos desarrollados en el marco de Etorkizuna Eraikiz:
Elkar Ekin Lanean
La misión de Elkar Ekin Lanean es la inserción socio-laboral de las personas en riesgo o situación de exclusión. Se estima que en Gipuzkoa cerca de 38.000 personas responden a ese perfil.
Nuestro territorio es un ejemplo internacional en el ámbito del trabajo protegido y en la economía social, gracias a las empresas del tercer sector social y a las cooperativas, respectivamente. Y eso es lo que queremos conseguir también en el empleo inclusivo. Para ello, hemos desarrollado un sistema de empleo de calidad, digno e inclusivo, para estas personas con mayores dificultades de acceso y consolidación en el mercado laboral.
Se han creado mesas en todas las comarcas para llevar la capilarización hasta los últimos pueblos y barrios. Elkar Ekin Lanean es una estrategia integral que es muy útil a la hora de atender y dar respuesta a la realidad de quienes vienen de fuera a vivir con nosotros. Además, contribuirá a crear un dique de contención frente al populismo xenófobo.
Para el despliegue de la estrategia Elkar Ekin Lanean, la Diputación Foral de Gipuzkoa ha destinado 36,6 millones en tres años.
Adinberri, estrategia de envejecimiento saludable
Adinberri arrancó en 2018 con la siguiente misión: maximizar la capacidad de innovación de Gipuzkoa en pos del envejecimiento saludable de la población.
El creciente envejecimiento de la sociedad ofrece la oportunidad de aumentar la salud y la calidad de vida de la ciudadanía, así como impulsar la industria vinculada a las personas mayores o Silver Economy, a través de nuevos productos y servicios.
La Fundación que lleva el mismo nombre acumula ya tres años desplegando la estrategia Adinberri. La construcción de una innovadora residencia en Pasaia, que albergará el Centro Adinberri para la innovación en envejecimiento saludable, será un paso más en esta estrategia. Este año destinaremos siete millones de euros a este proyecto, cuyas obras está previsto que arranquen en los próximos meses.
MUBIL, Polo de Nueva Movilidad
La Diputación ha impulsado Mubil con la siguiente misión: convertir Gipuzkoa en referente a nivel internacional en movilidad inteligente y sostenible, conjugando la colaboración y los intereses de los diferentes agentes del territorio.
La sede del polo MUBIL se ubicará en Donostia, pero hasta la finalización de las obras, la sede provisional está ubicada en Tolosa, donde se trabaja desde febrero de 2021. En dicha sede se encuentra, entre otros, el laboratorio de almacenamiento de energía (1.600 m2) gestionado por CIDETEC, con unas capacidades tecnológicas punteras en Europa.
Estimamos que la primera piedra del centro definitivo se coloque este mismo año. A su alrededor, se desarrollará un Polo de Nueva Movilidad que estará operativo dentro de tres años. En 2022 destinaremos más de 22 millones a esta iniciativa.
ZIUR, ciberseguridad industrial
La Diputación Foral de Gipuzkoa puso en marcha ZIUR hace dos años con la siguiente misión: en el marco del proceso de transformación digital de la industria guipuzcoana, ser referencia de confianza para la industria. El objetivo no es otro que orientar a los agentes de este sector, tanto en materia de ciberseguridad como en la gestión de las amenazas que generará el nuevo escenario.
En estos primeros dos años de vida, ZIUR ha dado pasos significativos, entre ellos la inauguración del laboratorio de ciberseguridad industrial, hace justo un año. ZIUR mantiene contacto con más de 300 empresas industriales del territorio, y trabaja también con asociaciones, clústeres, centros tecnológicos y de conocimiento vinculados a este sector.
NATURKLIMA
Naturklima, por su parte, se constituyó para generar capacidad institucional, técnica y social para hacer frente a los impactos del cambio climático, con el fin de facilitar y acelerar la innovación necesaria para la transición ecológica de nuestro territorio.
Se han iniciado las obras de la sede definitiva de Naturklima, también en Donostia, y se prevé su finalización para junio de 2023.
Badalab, innovación en el campo del euskera
El laboratorio de innovación lingüística y social Badalab ha sido puesto en marcha recientemente. Las obras de acondicionamiento de su sede ya se encuentran en marcha. Badalab busca generar un espacio referencial de experimentación para revitalizar el euskera y promover la igualdad entre las y los hablantes. No existe en el mundo ningún laboratorio de este tipo, que aborde la vitalidad de un idioma desde la innovación social.
No en vano, el reto de revitalizar el euskera y promover su uso es un desafío con mayúscula. No concibo mi país sin el euskera.
Nuestro idioma se encuentra en un cambio de ciclo, en una encrucijada. Lo realizado hasta ahora ha tenido una importancia vital, pero debemos innovar para seguir avanzando en su revitalización, reforzando la colaboración entre el mundo del euskera y las instituciones públicas. Badalab nace, precisamente, de dicha reflexión.
Tal y como pueden comprobar, 2022 será un año clave en la consolidación de los centros de referencia de Etorkizuna Eraikiz. Los trabajos de construcción de Naturklima siguen su curso y trabajamos para que este año arranquen los de la sede definitiva de Mubil, Adinberri y Badalab. Asimismo, otros cuatro centros de referencia ya se encuentran en marcha en los ámbitos de la ciberseguridad industrial (Ziur), la digitalización de la gastronomía (LABE), los audiovisuales en euskera (2deO) y la innovación social (Arantzazu Lab)
Al margen de estos centros de referencia, existen otros dos proyectos estratégicos de vital importancia en los próximos años para Gipuzkoa y, si me permiten, para Euskadi.
El primero, Quantum, creado para convertir Gipuzkoa y Euskadi en referente en el ámbito de la tecnología cuántica. Es sabido que los ordenadores cuánticos han comenzado a transformar el mundo, y que esas tecnologías darán un vuelco a los sectores financiero, farmaceútico, del transporte, etc.
Por ello, en Gipuzkoa se están dando pasos para impulsar futuras industrias, para generar empleo de calidad y promover la transformación digital y la sostenibilidad del planeta.
El proyecto es pionero porque ha conseguido la colaboración entre el centro de investigación de referencia DIPC y la empresa puntera Multiverse Computing, entre otros. Un proyecto en el que colaboramos estrechamente con el departamento de Educación del Gobierno Vasco, con el objetivo de impulsar un polo de tecnologías cuánticas.
A través de Quantum se espera la creación de 12 nuevas empresas en este ámbito, 500 empleos directos y 2.000 empleos indirectos
El segundo proyecto estratégico es el denominado Gantt, que se ha promovido para consolidar en Gipuzkoa un sector de futuro como son las biociencias.
Aprovechando la presencia en nuestro territorio de empresas tractoras en terapias avanzadas con orientación industrial, Viralgen y VIVEbiotech entre otras, queremos dar un salto cualitativo en este ámbito.
Gantt pretende situar en Gipuzkoa proyectos empresariales internacionales y fondos de inversión especializados, con el fin de escalar un mínimo de 9 empresas que formen un ecosistema industrial. Así, se desarrollaría una industria auxiliar y se generarían proveedores especializados, mejorando la calidad de vida de las personas, y posibilitando tratamientos innovadores basados en terapias avanzadas.
Todos estos proyectos han sido diseñados siguiendo la estrategia RIS-3 de especialización inteligente planteada por el Gobierno Vasco. Se basan en tres pilares: la excelencia en el conocimiento, un tejido empresarial avanzado en cada materia y un enorme potencial de desarrollo de futuro.
Partiendo de las fortalezas ya existentes en el territorio, Gipuzkoa quiere contribuir a la construcción de un país cada vez más dinámico, cohesionado y competitivo. Con estos proyectos, Gipuzkoa avanza hacia el porvenir con fuerza desde la colaboración y el liderazgo, y con la ambición de convertirse en una de las referencias europeas en la economía del futuro.
- GOBERNANZA COLABORATIVA
Se habrán dado cuenta de que hasta ahora he repetido a menudo los términos futuro y colaboración. No es casualidad.
Desde el inicio de la legislatura, el objetivo del gobierno foral ha sido hacer de Gipuzkoa una de las comunidades de personas con menores desigualdades de Europa, en las más diversas dimensiones: económica, social, territorial, de género, intergeneracional, lingüística, medioambiental, digital, etc. Y esa orientación estratégica se ha canalizado a través de una formulación clara: mediante una gobernanza colaborativa, abierta y avanzada, que mira al futuro: Etorkizuna Eraikiz.
Gipuzkoa es el territorio de la colaboración. Y queremos que Etorkizuna Eraikiz se convierta en referencia internacional en el campo de la gobernanza colaborativa.
Pero, ¿por qué analizar el futuro como concepto estratégico? En la actualidad, los cambios económicos, sociales y políticos se están produciendo a gran velocidad. Las comunidades que no se adapten rápidamente están abocadas a la decadencia, mientras que los países que muestren capacidad de transformación rápida y sistémica avanzarán creando las condiciones para el desarrollo económico y la cohesión social. Nosotros no vivimos en una sociedad tranquila en la que el tiempo pasa lentamente; somos una sociedad que cambia con gran complejidad y muy rápidamente. Hay voces que ya hablan de turbopolítica y de democracia instantánea.
En este contexto, ganar el futuro es ganar capacidad de realizar cambios. Es decir, situar la capacidad transformadora en el centro de la estructura de la gobernanza. Y, así, convertirla en el principal rasgo de la innovación del país.
¿Y por qué una gobernanza colaborativa? La globalización ha limitado notablemente la capacidad de transformación de las estructuras políticas y, además, en las sociedades actuales se ha debilitado el carácter comunitario. Por lo tanto, las condiciones de desarrollo y legitimación del espacio público no pueden basarse exclusivamente en estructuras públicas. Esta situación nos lleva a redefinir el espacio público a través de múltiples inserciones de estructuras públicas y sociales, para profundizar en la legitimidad democrática y ganar capacidad de transformación en las políticas públicas.
La gobernanza colaborativa tiene dos objetivos principales: por un lado, incorporar la sociedad organizada al proceso de deliberación de las políticas públicas, con el fin de llevar a cabo una acción pública más democrática y eficaz. Por otro lado, la propia incorporación de la ciudadanía a la comunidad política, promoviendo su participación en los procesos de deliberación.
Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que una nueva forma de gobernar se ha consolidado en Gipuzkoa. Un nuevo modelo de gobernanza que sitúa la colaboración entre instituciones y sociedad, en el epicentro de la acción política e institucional.
Si no avanzamos en ese objetivo, las consecuencias pueden ser graves. Es decir, si no se consigue recuperar la confianza entre las instituciones y la ciudadanía, el futuro puede ser oscuro. Creo que el debate fundamental en este tiempo que vivimos es el siguiente: democracia basada en la cooperación o populismo. Si no acertamos a reinventar los cimientos de nuestra democracia y a reconstruir puentes con la sociedad, vendrán los populismos de extrema izquierda y de extrema derecha, vendrán los populismos xenófobos, vendrá el autoritarismo, y dañarán la democracia, la propia convivencia democrática.
Las instituciones vascas hemos sido pioneras en muchos ámbitos. En las políticas sociales y en la promoción de una economía innovadora y competitiva, así como en transparencia en la acción de gobierno, por citar algunos ejemplos. También en este ámbito tenemos la oportunidad de ser innovadores y pioneros. Y no es sólo nuestra aportación al país. Queremos contribuir a la construcción de una futura Europa social, verde y competitiva. Para fortalecer los valores democráticos de Europa.
Gipuzkoan, determinazio demokratiko horrekin, etorkizunari begira ditugun erronkei heltzen saiatzen ari gara. Inoiz baino indartsuago. Lankidetzan. Susperraldia ahalik eta azkarren pertsona guztiengana eta gure ekonomiako eta gizarteko sektore guztiengana iritsi dadin. Gaurko eta etorkizuneko Gipuzkoak pertsona guztiei lana, babesa eta etorkizuna berma diezaien. Gipuzkoak elkarlanaren lurraldea izaten jarraitu dezan.
Eskerrik asko.
