Los hombres no nos podemos escaquear

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El pasado jueves y viernes se desarrolló en el Kursaal un Congreso de Igualdad y Conciliación organizado por la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Alrededor de 200 personas asistieron a la cita, de las cuales, ocho de cada diez eran mujeres. El 80%. Es una cifra rotunda que, por sí misma, refleja claramente la situación que vivimos en Gipuzkoa desde la perspectiva de la desigualdad de género.

Si reparamos al índice de igualdad de género de los países europeos, Euskadi se sitúa en quinto lugar, con un índice de 58,6 y muy por delante de los Estados limítrofes. Pero, lo que realmente nos tiene que llevar a la reflexión y a la acción, es el gap que tenemos con los países que ocupan los primeros. Concretamente, la diferencia respecto a Suecia, el primer país en el ranking, es de casi 16 puntos. Luego, todavía tenemos camino por recorrer.

Hay, además, un aspecto en el que la brecha de género se manifiesta de un modo más crudo: el ámbito económico. Tal y como se ha venido repitiendo a lo lago de los dos días de congreso, la brecha en la diferenciación de sectores y en la dirección de empresas nos traslada una desigualdad de género apabullante, una tendencia que apenas se ha ido corrigiendo a lo largo de los últimos años. Estamos estancados.

Y me surge una pregunta derivada de este análisis previo: siendo nuestra estructura económica competitiva la clave para el mantenimiento de nuestro sistema de bienestar, ¿vamos a poder seguir con un 28% industrial en nuestro PIB sin contar con el talento de nuestras mujeres? La pregunta se responde por sí sola.

Por otro lado, la evolución demográfica de nuestra sociedad es conocida: en 2050 el suroeste de Europa será el entorno geográfico mundial con mayor porcentaje de personas mayores de 60 años. El envejecimiento de nuestra población es galopante y, entre muchas otras cuestiones, nos ha de llevar a establecer estrategias firmes de natalidad y de cuidado de las personas dependientes.

Es ahí donde la conciliación cobra una importancia crucial para establecer políticas de natalidad que hagan frente al proceso de envejecimiento.

Conciliación y corresponsabilidad. Ésas son las dos palabras clave. Porque, muchas veces, parece que la conciliación se concibe como un instrumento para que la mujer pueda compatibilizar su vida laboral y la asunción en exclusiva de las responsabilidades familiares. Corresponsabilidad entre hombre y mujer.

Y conciliación y corresponsabilidad también para la atención a nuestras personas mayores y personas con dependencia, que en nuestro país recae casi en exclusiva en manos de las mujeres. No en vano, son ellas las que habitualmente perciben los sueldos más bajos y sacrifican sus vidas profesionales para dedicarse al cuidado de terceros. El eterno círculo vicioso que dificulta acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Son cuestiones todas ellas que requieren del compromiso del conjunto de la sociedad. La colaboración entre las instituciones públicas y la sociedad organizada es una de las claves para abordar nuestro futuro, y, con ese fin, la Diputación Foral de Gipuzkoa ha puesto en marcha el programa Etorkizuna Eraikiz con el que pretende responder a la siguiente pregunta: ¿Qué vamos a hacer en Gipuzkoa durante los próximos 10 años?

30620033855_061006965b_kEtorkizuna Eraikiz será, por lo tanto, un espacio de reflexión conjunta en el que se abordarán los retos más importantes de nuestro territorio. Pero dicha reflexión se dirigirá permanentemente a la acción, para lo cual, se constituirá un instrumento denominado Gipuzkoa Lab, que será el encargado de la puesta en marcha de unas experiencias piloto que pretenden ser relevantes y transformadoras.

Gipuzkoa Lab está impulsando en estos días una experiencia piloto dirigida a fomentar políticas de igualdad en el ámbito económico de nuestro territorio. El objetivo es involucrar a 10 empresas que sean capaces de representar la diversidad económica de nuestro territorio y lograr la participación de 500 personas. Se trata de un proyecto ambicioso que experimentará, aprenderá y extenderá las buenas prácticas al conjunto de nuestro territorio.

Para ello, nos guiaremos por los países más avanzados y por las empresas que vienen implementando políticas de igualdad entre sus trabajadores y trabajadoras. En las dos jornadas del congreso, representantes de Iberdrola, Microsoft, Eroski, Mutualia y Pesa nos han expuesto el trabajo que vienen realizando en este sentido. Y todas ellas coinciden en que favorecer la igualdad y la conciliación en sus respectivas plantillas no solo genera entornos laborales con mayor motivación, sino que aumenta la productividad.

El Gobierno foral que encabezo se ha propuesto convertir a Gipuzkoa en el territorio europeo con menor desigualdad entre géneros. El objetivo está claro, sabemos cuál es el camino a seguir y trabajaremos para buscar compañeros de viajes con los que extender las políticas más avanzadas a todo el territorio. Porque el de la igualdad es un reto a conseguir con la implicación del conjunto de la sociedad.