Derecho a la esperanza

Una sociedad no se desarrolla adecuadamente si en su avance deja al margen a los colectivos con especiales dificultades. Cuando se toman medidas de apoyo a las empresas para salir de la crisis se debe atender en paralelo a los colectivos más castigados y con especiales dificultades en su integración laboral. Debería ser ésta la parte más humana y solidaria de cualquier plan anticrisis.

Las políticas anticrisis que hemos desarrollado este último año desde la Diputación han tenido muy presente al sector más frágil de nuestra sociedad, tanto a quienes tienen algún tipo de discapacidad física o intelectual como a quienes afrontan, por otras razones, dificultades especiales en su incorporación al mundo laboral.

6.500 personas que se encuentran en estas circunstancias han participado y participan de los programas tanto de formación como de empleo. No hablamos de macroeconomía. Hablamos de personas. Personas con nombres y apellidos. Personas con derecho a tener esperanza.