El euskera y la publicidad

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Ayer publiqué en Twitter un par de tuits relacionados con un folleto de Carrefour Goierri que recibí en el buzón de mi casa en Beasain. El folleto en cuestión es válido desde el 7 de noviembre al 24 de diciembre, tiene 148 páginas en las que se incluyen cientos de juguetes y, evidentemente, está dirigido a la campaña de navidad.

Lo que me llamó la atención del folleto fue su dimensión (estamos hablando de una revista casi de tamaño folio de 148 páginas a todo color) y, sobre todo, el tratamiento lingüístico elegido para su publicación. En todos los buzones del Goierri guipuzcoano se recibió un folleto en el que solo la portada y la contraportada estaban en euskera y castellano. El resto no tenía una sola palabra en euskera.

Estoy convencido de que el folleto de Carrefour se convertirá en una de las “Biblias” de obligada consulta para que en la mayoría de las casas del Goierri se decida que regalos comprar a los y las niñas de la familia. Por ejemplo: 34 páginas dedicadas a las muñecas y sus complementos, 15 páginas dedicadas a la figuras de acción, 8 páginas dedicadas a los videojuegos y 1 página dedicada a los libros. Todo, absolutamente TODO, en castellano.

A mí me pareció todo un atropello lingüístico al euskera, y por eso escribí los dos tuits:

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No es la primera vez que escribo en Twitter sobre la cuestión. De hecho, hace muchos meses protesté contra Lidl porque buzoneaba semanalmente un folleto sin una sola palabra en euskera. Llegué a decir que no volvería a comprar en Lidl hasta que respetaran el euskera. Pues bien: Lidl ha seguido buzoneando semanalmente un folleto en el que no se puede leer una sola palabra en euskera y yo sigo sin hacer una sola compra en Lidl Goierri.

Estoy convencido de que las grandes superficies comerciales que no respetan el euskera modificarán su actitud cuando lleguen a la conclusión de que está perjudicando su facturación. Y solo llegarán a esa conclusión si la ciudadanía vasca decide implicarse personalmente y asume el compromiso de incluir el criterio de normalización lingüística como uno de los factores a la hora de decidir dónde va a realizar la compra. Y que lo exprese públicamente.

No estamos hablando de imposiciones ni de boicots. Estamos hablando de una movilización cívica que sea capaz de transmitir la exigencia mayoritaria de la ciudadanía vasca de que nuestro idioma propio sea respetado. En definitiva, la propia ciudadanía vasca tiene que hacer valer sus derechos.

Recordaré en este punto que critiqué públicamente a la Diputación Foral de Gipuzkoa cuando decidió ofrecer exclusivamente en euskera sus ruedas de prensa. Afirmé que, al plantear esta medida sin diálogo previo y sin establecer un proceso gradual, se estaba ofreciendo una tosca imagen de imposición, algo que perjudica al proceso de normalización de nuestro idioma.

En este sentido, volviendo a la cuestión que estamos analizando, viene a colación recordar la trayectoria que han mantenido las administraciones públicas. Una trayectoria dialogada y gradual. Tengo constancia de que, por ejemplo, el Ayuntamiento de Beasain se dirigió diversos centros comerciales del Goierri para que mejoraran el tratamiento que ofrecían al euskera.

No podemos olvidar que la “Ordenanza municipal para fomentar y normalizar el uso del Euskara” aprobada en 1990 (sí, has leído bien: 1990) decía lo siguiente:

Artículo 14 – Servicio público de traducción y corrección.
14.1. A los vecinos, comerciantes, tenderos, empresas, sociedades y entidades, se les ofrecerá el servicio público de traducción y corrección gratuita. Para ello, el Ayuntamiento contará con el Servicio de Euskera suficiente y este servicio inspeccionará los escritos, rótulos y demás que hayan de publicarse.
14.2. Entre las solicitudes de traducción que se reciban, tendrán prioridad las de uso más extendido. Los criterios para el resto los determinará el Servicio de Euskera. De cualquier manera, deberán traerse de antemano y con la suficiente antelación para disponer del tiempo necesario.
14.3. Este servicio de Euskera, proporcionará información sobre escritura, traducción y redacción, al efecto de evitar las faltas frecuentes que se ven en las publicaciones y se corrijan las realizadas.

Una vez constituidos los servicios de Euskera, se ofreció directamente a los centros comerciales (entre ellos, por supuesto, Carrefour Goierri) toda la ayuda para que el tratamiento del euskera fuera el adecuado. Han pasado largos años y todavía tenemos que sufrir episodios como el que nos ocupa.

Es por eso por lo que creo que ha llegado la hora del compromiso ciudadano. Creo, además, que hay cuestiones que no se resuelven exclusivamente con leyes y ordenanzas: es imprescindible que el conjunto de la ciudadanía sea consciente de la conculcación de derechos lingüísticos. Y eso se logrará solamente si se produce una denuncia pública cívica y democrática.

Es evidente que me indigné al repasar las páginas del folleto, pero más me he indignado hoy cuando un compañero me ha señalado que el mismo folleto ha sido repartido en Catalunya exclusivamente en lengua catalana. Es decir, Carrefour España ha decidido buzonear el mismo folleto en catalán en Catalunya y en castellano en Euskadi. Basta consultar la página www.carrefour.es para comprobarlo.

Alguien me podrá decir que la situación sociolingüística den Catalunya y Euskadi no son la misma. Es cierto, pero el avance que ha tenido nuestro idioma desde el punto de vista del conocimiento es espectacular. Basta observar, por ejemplo, el cuadro del Mapa Sociolingüístico de 2006 que marca la evolución del conocimiento del euskera en Donostia entre 1981 y 2006 (por edades).

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Mi “arrebato tuitero” ha tenido una repercusión inusitada, pues El Correo ha publicado en su página 26 de la sección de Política una información que lo refleja. Espero que haya sido por su sensibilidad a favor del euskera. Hay otra información del diario El Mundo, pero no voy a entrar ni a comentarla.

Por otro lado, he recibido más de una crítica por haber publicado los mensajes en castellano y señalando esa supuesta “contradicción”. Lo he hecho conscientemente porque sinceramente pienso que las agresiones en contra del euskera no son un problema exclusivo de los euskaldunes. El euskera es patrimonio de todos los vascos y vascas, y es imprescindible que todos seamos conscientes de las dificultades que tiene nuestro idioma para superar una situación de diglosia y desigualdad que se está prolongando en exceso.

Tengo la percepción de que muchos ciudadanos vascos no euskaldunes no son conscientes de la situación real que vive nuestro idioma. No son conscientes del “via crucis” que tiene que soportar el euskaldun para ejercer un derecho que es muy básico: poder vivir en euskera. Espero que este episodio haya servido para abrir los ojos a mucha gente que ama nuestro idioma pero que no es plenamente consciente de la situación de injusticia que vive.